Dios ha de ser brutal como la vida.

 
 
 
La jaula crece alrededor de mí
y engrosa los barrotes con el celo
de algún nuevo dolor cuyo objetivo
intuyo cuando llega el día nuevo
y siento a Dios como un igual cansado
de derrochar milagros desde el cielo,
obnubilado en una larga siesta
con la lengua plagada de silencios.
 
No puedo pretender que esté pendiente
de esta herida vulgar, mas si lo pienso,
cuando la jaula aprieta las neuronas
porque el miedo, que es libre, me da miedo,
algo me dice que tenerte cerca
es parte de ese Dios que está tan lejos.
 
Cuando la rabia sube hasta mi boca
convirtiendo en mordisco cualquier beso
y la resignación se me amotina
y cobarde de mí, de mí deserto,
la contención me llega de tu mano
y de tu temple libre me regreso
al ansia de vivir, como si Dios
sus manos sobre mí hubiera impuesto.
 
Algo de Dios levita en la mirada
de los que te acarician con el verbo
y están contigo en las malas tornas
como estuvieron en los buenos tiempos,
aunque uno esté solo ante la muerte
como está solo ante el nacimiento.
 
Nadie puede cruzar tus Helespontos
hacia el mar interior de los misterios,
pero sí darte sombra en el camino
como un árbol de Dios de cara al viento.
 
Dios ha de ser brutal como la vida
y como el hombre, hosco y violento,
y cruel y obcecado y peligroso,
igual que tú lo eres, compañero,
pero equilibra fuerzas como tú
y como tú se alza desde el suelo
y busca la equidad en la injusticia
y se da el lujo de mostrarse tierno
y alguna vez feliz, resplandeciente
como un día de sol entre aguaceros.
 
Si a semejanza suya nos creó
y es nuestro semejante en este enredo,
yo veo a Dios al borde de tu letra
que me besa la nuca con su aliento.

Comentarios

  1. Me ha hecho llorar, y no soy yo de lágrima fácil, Mor. Será que Dios vino del cielo.

    Un beso.

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    1. Me alegro, Manu, de eso se trata, así que es lo mejor que podías decirme.

      Gracias y besos.

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  2. Pero, alma mía, ¿tú te das cuenta de que ahora que la vida se empina tú estás escribiendo como nunca?

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    1. La mía siempre estuvo empinada, corazón, así que no voy a echarle la culpa de lo bien o lo mal que pueda estar escribiendo.
      La culpa siempre la tiene un hombre, Faro querido.

      Gracias por venir, me hizo ilusión verte.

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  3. inmejorable...sublime...un poema perfecto...de esos que una le hubiera gustado pensar... una oración

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  4. Respuestas
    1. Veo que te tocó corazón, Anabel, y lo hiciste tuyo.

      Yo me alegro, querida, y te doy las gracias por venir a decírmelo.

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  5. Algo de Dios levita en la mirada
    de los que te acarician con el verbo
    y están contigo en las malas tornas
    como estuvieron en los buenos tiempos,
    aunque uno esté solo ante la muerte
    como está solo ante el nacimiento.

    ResponderEliminar
  6. Y los verbos intermitentes, también suelen ser a veces señaladores entre tiempo y tiempo, entre distancia y distancia. Aunque no parezca, estoy tan lejos y tan cerca...
    Acá, me es mejor, porque traigo un Rioja y brindamos un rato por la vida, que es tan tuya.
    El poema es conmovedor, como tu poesía entera, pero sí que el techo tuyo, es el cielo.

    Mi abrazo, fuerte y largo, mor.

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    1. Los verbos intermitentes suelen morirse de intermitencia.(ríome).
      Muchos verbos se quedaron en el camino, y aunque no exista el cielo, yo lo toqué en la boca amarga de un hombre único. Ya puede el mundo reventar de otros y hasta de otras.

      Ese es el poema, Stig. Sin él nunca se habría escrito.

      Me alegra que te gustara y haya sido motivo para el abrazo que desde aquí, también te envío.

      Feliz Navidad, si no te veo.

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Antología Ultraversal. Poética del Arrebato. Edit. Libros en Red.

Antología Ultraversal. Poética del Arrebato. Edit. Libros en Red.
Este libro es un perfecto ejemplo de cómo autores de diferentes etnias, nacionalidades, costumbres, educación y condiciones sociales pueden llegar, a través de un mismo idioma, a congeniar poética y humanamente desde su particular idiosincrasia. Está dirigido tanto a los lectores amantes de la poesía de nuestro tiempo como a los que se inician en cualquier camino literario, y también a los interesados en la riqueza léxica del español, a los traductores y a todos aquellos que deseen ampliar sus conocimientos sobre la enorme diversidad de idiomática de los países hispanoparlantes. Es una brillante alianza intercultural a través de la palabra como nexo artístico. Un libro de identificación y búsqueda, escrito para abrir puertas y ventanas emocionales de vital sugerencia en las paredes de cada intimidad.

¿Cuántas realidades hay?

¿Cuántas realidades hay?
Neuromante, emocionauta y hasta una broma digital llegado el caso, pero yo que le leo y le siento y me enfrío o me caliento sin posibilidad de escape ante su voz, digo que ahí hay un hombre único que crea realidad y se recrea a sí mismo en la palabra y se define entre lo abstracto y lo concreto y ocurre en mí de la misma forma en que yo puedo ocurrir en él, con la fugacidad de una brutal quemadura que al enfriarse deja una cicatriz indeleble en la piel.La palabra crea la emoción y la emoción es la realidad más pura, más intensa, más exacta del hombre, la que mueve el mundo para bien y para mal.No hay nada que no se pueda expresar cuando se siente, porque, incluso si se tratara de un mero ejercicio intelectual de un autor talentoso, desde el momento mismo de escribirlo está creando la tensión que lo hace real para el que lo recibe y siente al recibirlo. Lo único que podría matar su extrema realidad, sería su silencio.

Nautas

Akhenazi. Espacio a tu costado.