Me he dejado atrás.
Tenía tanta prisa, corrí tanto
que extrañamente un día amanecí sin sombra
y escribiendo miríadas de palabras reptantes,
pegaditas a tierra como insectos sin alas.
Caminaba descalza con forma de mujer
de un hombre para otro
pero no era de carne
ni de hueso
ni de sangre
ya dije, no daba sombra mi cuerpo,
era un hueco holograma con los dientes perfectos
y las piernas bonitas,
un holograma exótico de grandes ojos tristes.
Me dejé atrás sin darme apenas cuenta
y me olvidé de mí
fumando cigarrillos para calmar el hambre.
Nadie supo mirar detrás del humo.
Nadie me devolvió la sombra.
Ninguno me alumbró lo suficiente.
*********
Deja de hablar de mí como si fuera un mito
a punto de palmarla
o me hubiera fugado del Parnaso,
más altiva y cruel si moribunda,
para pasarlo bien a costa de los hombres
que miran de soslayo mis líricas caderas.
Atrévete a quererme por encima del verso
o a odiarme sin remilgos más allá de metáforas
y si es que no te atreves, no me culpes a mí
que no soy más que un monstruo caducado
que te pica en la lengua,
el alien diminuto de beso y de saliva,
siempre dispuesto a irse por la boca.
Tendrá menos peligro guardarme sangre adentro
como un cromosoma
fallido.
Comentarios
Publicar un comentario